Hay un núcleo de respaldo al proceso, de alrededor de 30%, depende del momento, que está ahí, con una fuerte marca clasista.
Yásser Gómez Carbajal
Revista Mariátegui
11/11/21
Marco Teruggi, periodista, corresponsal de Sputnik, vive y escribe desde Venezuela hace una década. La Revista Mariátegui lo entrevistó sobre el tejido social venezolano que sostiene a la Revolución Bolivariana. Y que resiste al bloqueo económico yanqui, a los intentos de golpes suaves y al envío de mercenarios para asesinar a la dirección chavista.
—Ante el cerco internacional ¿Cuál es la realidad política en Venezuela?
—Para entender lo que pasa en Venezuela hay que tener presente siempre las dos dimensiones: de lo nacional y de lo internacional, ambas están relacionadas de manera estrecha. No se puede pensar la situación ni los posibles desenlaces o soluciones sino se superponen las dos en simultáneo.
Es hoy tan importante la dinámica interna de cómo se mueva el chavismo, en qué situación está, en sus diferentes niveles, en el Gobierno, en lo militar, en lo social, cómo lo que haga o lo que deje de hacer el Gobierno de los EEUU, van a ser factores determinantes.
Porque hoy estamos en un país bajo bloqueo económico y uno puede tener diferentes valoraciones sobre cuál es la combinación de factores que construyeron la crisis económica venezolana. En todo caso, está claro que con el bloqueo hoy es muy difícil pensar en un tipo de resolución.
Más allá que se sabe que el respaldo a Juan Guaidó es bipartidista en los EEUU, lo más probable es que cambie la táctica, que sea más flexible, quizá un poco más astuta que la que empleó Donald Trump. Quiero resaltar que Guaidó es una construcción enteramente virtual, sostenida a nivel internacional porque dentro del país no tiene trascendencia.
Uno de los mercenarios norteamericanos que participaron en la Operación Gedeón, es trasladado enmarrocado.
—¿Cuán importante es la organización popular para la Revolución Bolivariana?
—No hay que mirar al chavismo en general, a su historia, sólo como un ente gubernamental, ese es un aspecto, más que Gobierno diría la dirección del proceso, como otra categoría. Sino mirar el proceso de forma amplia, y uno de esos componentes centrales es la organización popular en diferentes expresiones y la identidad chavista, está todo muy relacionado.
Es decir, hay un núcleo, podríamos decir de un 25% tal vez hoy 30% depende del momento, que está ahí, con una fuerte marca clasista, es eminentemente popular y dentro de eso hay sectores muy organizados en diferentes expresiones. Tanto en una clave más de partido, como las células partidarias en todo Venezuela, que a su vez hacen un trabajo social ligado a experiencias, a construcciones como los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que son de alimentos subsidiados por el Gobierno.
Entonces, ahí se cruza la estructura de base del partido con la estructura social, eso le da una presencia a nivel nacional que ninguna otra fuerza se acerca a tener si quiera. Eso va a explicar una capacidad de resistencia de trinchera, ante la crisis, va a explicar en parte porque se ha contenido mucho de la crisis. Y va a dar cuenta de un movimiento político que, a pesar de la crisis, lo que quiere decir que a ese nivel tiene aún una fortaleza muy importante.
—Este sujeto social ha sido subestimado por la oposición
—Sí, ha sido subestimado una y otra vez, por las estrategias de derrocamiento, ese eclipsamiento, esa negación de ese sujeto histórico que después tiene diferentes relaciones con el Gobierno, se puede llevar mal, bien, criticar, sentirse parte o no. Esa negación ha hecho que no se entienda que existe todavía un respaldo popular al Gobierno, más allá que guste o no, lo cierto es que está ahí, y negar a ese sujeto ha sido la clave histórica para entender la derrota de la derecha venezolana, que nunca a ha reconocido su existencia, la ha despreciado, denunciado, insultado, pero nunca lo ha reconocido como una otredad política, con la cual había que hablarle.
La apuesta del bloqueo es justamente la apuesta a secar todo para que termine de quebrarse, pero no es una apuesta a la construcción política, es una apuesta a ver en qué momento se rinden producto de las dificultades. No es un trabajo de convencimiento político. La derecha ha renunciado a eso hace mucho tiempo.
—La Revolución Cubana marcó a varias generaciones en América Latina y que se expandió como en Nicaragua ¿Hoy qué representa la Revolución Bolivariana?
—Ha habido un inmenso trabajo mediático para desprestigiar hasta el último vestigio de lo que representa Venezuela. Un mecanismo que es parte de la forma clásica de hacer política de la derecha en todos lados, acusar de ser Venezuela.
Y hubo una voluntad, sistematicidad y coordinación para hacer eso con el objetivo que quitar todo tipo de legitimidad a la Revolución Bolivariana, y justamente eso tenía que ver con la gran legitimidad que logró.
Eso, por un lado, ha hecho que ese espacio de referencia que era Venezuela en muchos sectores, dejara de serlo, después hay diferentes lecturas de por qué hay gente que se alejó otra no. En todo caso, no tiene más esa capacidad de gravitación, si lo tiene en determinados sectores, pero no con la fuerza y la amplitud con la que lo que tenía antes.
Hoy, la Revolución Bolivariana es el principal espacio que ha logrado resistir a un asedio casi total por parte de los EEUU, y desde ese prisma habría que mirar. Es decir, en Venezuela se ha logrado resistir, por ejemplo, en 4 oportunidades en los últimos años a un mecanismo golpista similar o casi calcado al que fue aplicado en Bolivia.
Entonces, por un lado, el desprestigio orquestado por las grandes corporaciones y los gobiernos de derecha, por otro lado, esa gran resistencia a nivel de lucha contra los EEUU, al mismo tiempo ha perdido capacidad de radiación que es más producto interno, es la capacidad de ofrecerse como alternativa de, y eso era lo principal que tenía Venezuela. En este llamado ciclo progresista la Revolución Bolivariana fue el proceso que ofreció las claves más profundas de transformación, la democracia participativa, protagónica, la propiedad social, estatal, la combinación de las formas. Incluso trabajando conceptos muy avanzados como el auto gobierno.
Esa irradiación, ese ensayo, ese gran proyecto hoy no tiene evidentemente esa capacidad de interpretación hacia afuera, en primer lugar, porque hacia dentro está en proceso de transformación.